Me reencontré con una mujer excepcional hace unos días, después de 6 años de no verla aparece en mi vida, se bebe 2 deliciosos curados de apio mientras escuchamos a PANTERA, se ríe, dios, se ríe con una risa perfecta, con una risa sincera salida del alma, me hace reir con ella, me duelen los labios de tanto que los estiro para reír, este intoxicante efecto endorfinico lo ocasiona ella. Me mira con sus ojos, su mirada en penetrante, escudriñadora pero en un sentido profundo y enigmático, su mirada me analiza, me desnuda y me interroga, pero por alguna extraña razón a mi me agrada, es como sacar la cabeza de pequeño por la ventana del auto mientras viajas en carretera, sabes que no puedes ni abrir los ojos, una cantidad brutal de oxigeno te asfixia (irónico) pero en cuanto te recuperas vuelves a sacar la cabeza pera sentir esa sensación crispante, así es su mirada.
Tras 2 "cubanitos" que resiste bastante bien me habla de sus sueños, me encantan sus sueños, sus metas son simples, complicadas y claras. - No se si tenga voz para la radio, mis amigos dicen que si- cierro los ojos -Recítame algo- su voz es como ella, dulce, firme, hermosa, clara, fluida, inteligente... su inteligencia que me encanta, deja una estela que yo hallo sumamente sensual y atractiva. Deseo que me embriague con sus palabras, con sus miradas y con sus besos, no puedo mas la beso una y otra y otra vez, tiene miedo, toma distancia, -Me gustas- le susurro al alma mientras miro sus ojos, nos besamos de nuevo...
Ella, la locutora, la dama a tomado mi mano sin pensarlo mucho, con un poco de desconfianza y un poco de fe y me a permitido arrastrarla a mi locura, para compartirla con ella, yo a cambio quiero navegar en la suya. La atracción es fuerte, la atracción es vieja (6 años), la atracción vive.